28 de enero de 2018



42º  CARTA
24 de Mayo de 2011

       Querido Pablo:

       ¡Acabé, acabé y ACABÉ! ¡Ya me han puesto el último gotero, adiós quimioterapia y a la m….los líquidos venenosos! Ahora tengo que hablar con el radiólogo y si él confirma la opinión de la oncóloga se acabaron los tratamientos, podré recuperarme y reanudar la vida normal.

       Mi abogado de cabecera, o sea, mi hijo, me ha dicho que en cuanto pase un mes aproximadamente hable con mi médico de cabecera y le pida el alta; está muy bien pensado, porque el uno de julio comienzan las vacaciones y puedo irme de viaje sin estar pendiente de los partes de baja semanales; además volverán a pagarme mi sueldo completo, que no es lo de menos.
En fin, que ya veo la luz al final del túnel … con permiso del radiólogo, por supuesto. Mañana por la mañana hablaré con él, o ella, no sé el nombre, y saldré de dudas. ¡Ya te contaré!
      
       Hoy he ido al hospital con otro aire y le he advertido a la enfermera que me iba a poner la vía:

-       Ya puedes esmerarte, guapa, que este pinchazo va a ser el último. ¡Hoy acabo el tratamiento!

       No sé si se ha esmerado o no, pero ha sido el que menos daño me ha hecho, apenas lo he notado. Luego he ido a redesayunar a la cafetería del hospital con otra paciente, esa tan rara que toma uña de gato y viste túnicas hippies, pero hoy todo me parecía bien y en vez de estrafalaria la he encontrado original y hasta simpática; ya ves, cuestión de “talante”…
      
       La oncóloga me ha sonreído muchos más efusivamente que otras veces y me ha mandado hacer para dentro de tres semanas aproximadamente unos análisis con muchas cosas raras: además del hemograma habitual, enzimas con muchas siglas detrás, iones y metales, marcadores tumorales y perfil básico de bioquímica (¿?).
Me ha recetado unas pastillas que debo de tomar durante cinco años (mentira, mi hermana lleva diez tomándolas, dicen cinco para despistar) y me ha citado para dentro de un mes, entonces me dirá los resultados de todas las pruebas y veremos si estoy ya curada.
      
       Y como hoy tenía el santo de cara, sólo me han puesto tres goteros y no ha hecho falta ni la inyección para las defensas ni el gotero de hierro de la vez anterior; el hemograma de hoy había salido estupendo y la oncóloga ha dicho que me encontraba muy fuerte.
Siguiendo con la racha afortunada he acabado a las doce y media de la mañana, antes que nunca, me he despedido de las enfermeras y he salido casi danto saltos por los laberintos del hospital. Eso sí, como iba distraída he vuelto a perderme y he aparecido en el sótano en vez de en la planta calle; he terminado de la misma forma que empecé, totalmente desorientada.

       Nada más llegar a casa os he mandado mensajes a todos mis amigos BUENOS, los que os habéis preocupado por mí durante todos estos meses de purgatorio, y esta tarde iré al cine para celebrarlo: veré la última de Woody Allen, la que está rodada en París. Mañana iré a la peluquería para que me rapen por última vez, porque la enfermera me ha dicho que en cinco o seis semanas empezará a salirme el pelo y en otoño seguramente podré prescindir de la peluca. ¡Bien!

       Ya sé que te vas a alegrar mucho cuando leas esta carta, espero que te compense y me perdones otras más tristonas y deprimentes con las que te he bombardeado en mis horas bajas. Creo que no he tenido muchas de esas, pero aunque he intentado mostrarme positiva y optimista ha habido días en que me encontraba desanimada, la verdad, y seguro que tú lo notabas porque me conoces muy bien.

       Pero bueno, lo peor ya ha pasado y estoy muy, muy contenta.

       Recibe un montón de abrazos de tu por fin animadísima amiga.




P.D.: En cuanto hable con el radiólogo te mandaré un mensaje y luego te escribiré con más detalle. ¡Un besazo!




No hay comentarios:

Publicar un comentario