Marzo de 2011
Querido Pablo:
Ayer tuve una visita esperada y otra
inesperada y muy agradable que me emocionó una barbaridad, me cayeron un par de
lagrimillas y todo... La visita esperada era la de unas compañeras de trabajo,
las que están conmigo en el segundo ciclo de primaria, y la sorpresa es que me
traían un regalo de mis alumnos, acompañado, eso es lo mejor, de un librito
hecho por los niños con dedicatorias, dibujos, poesías, collages y canciones
inventadas por ellos para mí. ¿ A que es un detallazo?.
Estos niños tienen diez años, la mejor
edad para todo: para trabajar con ellos porque van siendo más autónomos y
entienden mejor las explicaciones, y para convivir con ellos porque aun son
bastante dóciles y cariñosos, todavía desean agradar al adulto y ganarse su
afecto. Después vienen los horrores de la adolescencia y las cosas cambian por
completo, resulta mucho más difícil lidiar con ellos. En fin, qué te voy a
contar, si tú también tienes hijos y sabes perfectamente a qué me refiero...
Las compañeras me contaron que mis
alumnos siguen preguntando por mí y quieren saber cuando voy a regresar al
colegio (yo también...), así que para no asustarlos, porque la palabra
"cáncer" ni se nombra, da demasiado miedo, les dicen que me han
operado y que todo salió muy bien, pero que tengo que hacer reposo durante
varias semanas y que volveré cuando los médicos digan que ya estoy
completamente recuperada.
Tengo aquí el librito y te voy a copiar
algunas dedicatorias, para que veas cómo son estas criaturas; la verdad es que
unas veces te los comerías a besos y otras desearías que fueran gallinas para
retorcerles el pescuezo a algunos. Pero fíjate qué cosas dicen:
"PARA LOLA
Hola, Lola: ¿Estás bien ya? Espero que
te recuperes pronto porque te echamos mucho de menos. Si puedes escríbenos tú
una carta a toda la clase. ¡VUELVE PRONTO!
Un abrazo de Marta"
(Inciso aclaratorio: no incluyo las
faltas de ortografía. "ya" iba con ll y "echamos" con h,
pero la intención es lo que cuenta no?)
" Hola Lola, te he escrito un
verso:
Lola desde que te fuiste
nadie
durmió
todo
el mundo se puso triste
sobre
todo yo.
Te
echamos de menos toda la clase
y
por eso te digo que te quiero mucho.
Para
que no te rindas te doy un beso,
mi
apoyo y un gran abrazo.
Vuelve
a clase
y
note vayas otra vez.
De
Elena para Lola"
"Lola, estamos esperando que
vuelvas. Si estás enferma aún cúrate deprisa y si no lo estás ¿Por qué tardas
tanto? Bueno, eso último no importa. La profesora que tenemos ahora nos enseña
las palabras agudas, llanas y esdrújulas pero no me acuerdo de ponerlas. Lola
esperamos impacientes tu llegada. Atentamente Carlos."
"Que tal Lola. Estamos preocupados
por tí y yo te escribo esto:
El colegio no es colegio sin tí
y las clases de lengua y mates
son un rollo sin tí.
Estamos como esperando un tren
siempre viajando y nunca llegando.
UN ABRAZO Y QUE TE RECUPERES.
RAFA."
Hola Lola: echamos mucho de menos tu voz
y tus enfados, queremos volverte a ver con tu bata blanca y tus pelos cortos.
Ójala hiciéramos una excursión a tu casa para verte. Te queremos Lola.
¡Recupérate pronto!. Cristina"
Así hasta veinticuatro, con dibujos,
recortes, pegatinas y collages. ¡No me digas que no es para llorar de emoción!
Bueno, cambio de tema, no quiero ponerme
pesadita con las gracias de mis alumnos. Y como me pillas de buen humor, voy a
satisfacer PO FIN tu curiosidad malsana y un poco porteril ; te voy a contar lo
que ha pasado con mi "novio", como dices tú, y te advierto que eres
un antiguo porque esa palabra ha desaparecido casi por completo del lenguaje
llano, al menos en mi entorno. La gente ahora tiene parejas, compañeros
sentimentales o amigos íntimos con derecho a roce, pero de novios nada,
entérate. Y por cierto, me acabo de dar cuenta de que tu y yo nunca hemos hablado
de nuestros asuntos sentimentales, cosa bien rara porque siempre hemos sido muy
sinceros el uno con el otro. Nos hemos mantenido puntualmente informados de lo
"gordo", es decir, de bodas, hijos, divorcios, rebodas y redivorcios,
pero sin entrar en detalles, simplemente para mantenernos al día de nuestra
situación y supongo que también para evitar meteduras de pata con maridos o
esposa celosos...
Sigo contando, que me disperso. Yo llevaba
algún tiempo saliendo y entrando con un señor, aunque sin compartir techo
porque ambos estábamos muy cómodos en este plan Sartre-Beauvoir / Allen -
Farrow (y mira como acabaron estos últimos, tenía que habérmelo figurado);
realmente no sé si la cosa hubiera seguido adelante y habríamos llegado a
mayores porque ni se planteó el tema, pero gracias a mi cáncer ha quedado
resuelto con carácter definitivo. El proceso fue lento, pero seguro: primero
disminuyeron poco a poco las visitas y las salidas, luego se fueron espaciando
las llamadas telefónicas "para no molestar" (-me) y por fin un día me
pillo más guerrera de lo habitual y le dije con toda claridad que no se
molestara, que le recordaría con afecto (¡ja!) y siempre le consideraría un
buen amigo (ya veremos), pero que había dejado e contar con él, que ya nos
felicitaríamos la Navidad y por nuestros respectivos cumpleaños e incluso
podíamos charlar unos minutos si nos encontrábamos por la calle, pero que
estaba totalmente fuera de mi vida.
Y te advierto a tí también: no me
vuelvas a mencionar este tema ni se te ocurra decirme que cuando este curada
quizás vea las cosas de otra manera y recuperemos la relación, porque no será
así. Tal vez no lo hayas notado porque nunca hemos tenido conflictos gordos,
pero soy muy rencorosa y cuando termino con algo o alguien no suelo dar marcha
atrás; encima y para mi desgracia, tengo una memoria de elefante, cosa que no
ayuda nada en estas ocasiones.
Voy a terminar aquí, esta carta se ha
hecho larguísima y además ya no estoy de tan buen humor como cuando la he
empezado. Es que este tipo de fracasos duele, caramba, que no somos de piedra,
pero me alegro de habértelo contado y te pido por favor que no me lo vuelvas a
mencionar jamás, ¿de acuerdo?.
Hasta
la próxima, todo mi cariño para tí con un gran abrazo.
Nekane