Mónica Vázquez propone un recorrido, dentro del contexto de la época, por los antiguos cafés con los que contó la ciudad de Zaragoza a lo largo del siglo XIX. Analiza su evolución y características desde finales del siglo XVIII hasta el año 1902 cuando se cierra su edad de oro y se halla plenamente establecido el café lujoso y fastuoso como lugar preferente de la sociedad burguesa.
Estos establecimientos públicos vinieron a enriquecer la oferta de ocio en la ciudad y muchos de ellos desempeñaron hasta su desaparición en el siglo XX un papel relevante como espacios de encuentro social y de celebración de tertulias.