7 de diciembre de 2018

LIBRO MES DE DICIEMBRE


                                                       Resultado de imagen de QUERIDO CAOS

Fernando Villacampa Ucar nos hablará del libro de Juan Marín “Querido caos”. Este libro recoge una selección de las columnas que Juan Marín publicó a lo largo de doce años en Heraldo de Aragón. El autor falleció de manera imprevista mientras se preparaba la edición del libro. La edición, prólogo y notas corre a cargo de Fernando Villacampa.

“Zaragoza vista desde unas columnas periodísticas que son en realidad literatura. Crítica de la vida cotidiana vista con ironía finísima y enorme sentido del humor”

LIBRO DE NOVIEMBRE 2


Resultado de imagen de la señora fletcher 
…Temiendo el síndrome del nido vacío, Eve Fletcher está decidida a convertir la partida de Brendan, su único hijo, a la universidad en una oportunidad para ampliar sus horizontes más vitales…


LIBRO NOVIEMBRE 1

Resultado de imagen de EL SECRETO DE MI MARIDO


“Imagina que tu marido te hubiera escrito una carta para que la abrieras después de su muerte. Imagina también que la carta contuviera su secreto más oscuro y mejor guardado, capaz de destruir vuestra vida juntos…”


LIBRO MES DE OCTUBRE


 Resultado de imagen de medio sol amarillo



Medio sol amarillo recrea un periodo de la historia contemporánea de África: la lucha de Biafra por conseguir una república independiente de Nigeria, y la consecuente guerra civil que segó la vida de miles de personas.
Hay muchas razones para leer “Medio sol amarillo”, la principal, que la prosa de Chimamanda Ngozi Adichie es tan buena como la de otros autores africanos. Es suave pero despiadada, lúcida pero tierna, cuidada pero intensa, y consigue hacer que vivamos a través de los tres personajes, creíbles y bien construidos, cada una de sus emociones…

Cristina Domínguez

LIBRO MES DE OCTUBRE

Imagen relacionada


El libro contiene una galería de personajes humanos, divertidos, encantadores, todos amantes de la literatura, que sobrellevaron la ocupación nazi organizando reuniones de lectura sobre novelas clásicas, siempre alrededor de un pastel de piel de patata...



Reseña

La sociedad literaria y el pastel de piel de patata de Guernsey” Mary-Ann Shaffer/Annie Barrows
El argumento de esta novela me llamó la atención porque transcurre en un lugar poco conocido y narra un suceso del que yo tenía escasa información: la ocupación alemana de Guernsey, una de las pequeñas islas del  Canal de la Mancha en 1941. Y no solo cuenta la invasión, sino el hecho de que el ejército alemán permaneció allí aislada durante tres años, en difícil y forzosa convivencia con los aldeanos ingleses.
La novela es de lectura amena, con ciertos toques de humor, y los personajes resultan (así los describió acertadamente una de nuestras tertulianas) absolutamente entrañables.
Otro detalle curioso es que la autora falleció antes de acabar la obra y una sobrina suya, autora de libros infantiles, se encargó de terminarla; fue publicada en 2008. Recientemente se ha estrenado una película basada en esta novela, que les ha gustado mucho a todos los que han leído el libro…

L.Urdániz





17 de septiembre de 2018

Comienzo de curso: 27 de septiembre de 2018



Ángeles Santos Torroella

"La Tertulia" (1929, óleo sobre lienzo)



Libro mes de septiembre



La larga vida de los ‘Homo sapiens’

Harari ofrece una historia de la humanidad provocativa donde la crueldad gana a la ética


Carlos Martínez Shaw, crítica "De animales a dioses", El País , Babalia

https://elpais.com/cultura/2014/09/10/babelia/1410363451_494455.html


29 de abril de 2018

Libro mes de mayo





En una Inglaterra convencional y puritana, el escándalo y la polémica acompañaron a la novela desde su publicación en Florencia en 1928. Una mujer aristócrata, de vida refinada, casada con un noble lisiado de guerra, inicia una relación sexual con un guardabosques, sin educación, cuya vida se mueve por energías primarias e instintivas. No sólo el tratar el sexo explícitamente supondría una reacción muy negativa por parte de la censura, sino también el hecho de que el autor planteara abiertamente, como en muchas otras de sus obras, el "problema" que supone atreverse a romper las barreras de clase por parte de una mujer.

8 de abril de 2018

Libros mes de abril


libro para comentar el 12 de abril

Resultado de imagen de bernardo atxaga siete casas en francia




Siete casas en Francia es una novela que huye de la crónica sombría o de la denuncia vehemente, busca, en cambio, a través del humor y de la aventura, la metáfora que habla del lado siniestro de nuestro mundo”.


libro para comentar el 26 de abril


Imagen relacionada

  Monika Zgustova, una de las especialistas en literatura e historia rusas más importantes, ha buscado durante los últimos nueve años a las pocas mujeres que siguen con vida de entre las que sobrevivieron al gulag para escuchar y transmitir su testimonio antes de que se perdiera para siempre.

11 de febrero de 2018

Libro mes febrero



Tiene treinta años, es profesora, casada con un ejecutivo, madre de dos niños. Vive en una casa confortable. Sin embargo, es una mujer helada. Igual que miles de mujeres ha sentido cómo su curiosidad, su impulso vital se iban anquilosando a fuerza de una trabajo que compaginar con compras que hacer... Todo eso se entiende por la condición normal de mujer. Annie Ernaux cuenta brillantemente esta alteración de lo cotidiano, este empobrecimiento de las sensaciones, esta dilución de la identidad, esclavitud a la que las mujeres son empujadas como a un desafío.

28 de enero de 2018

Libro mes febrero

Resultado de imagen de mariona rebull




Mariona Rebull es la crónica social de una época a la vez que una historia de amor, que es la línea central del argumento y el punto del que derivan y en el que convergen los restantes episodios de la acción. En esa historia de amor (o desencuentro amoroso) se distinguen dos partes: una, el noviazgo entre Joaquín Rius y Mariona; la otra, el matrimonio que fracasa y deriva al adulterio femenino, uno de los temas clásicos de la novela del XIX, que el autor recupera, con los tres personajes del triángulo: el marido austero y aburrido, la casada insatisfecha y soñadora y el amante vividor y frívolo. 

Libros recomendados

Resultado de imagen de en lugar seguro wallace stegner            Resultado de imagen de amor no correspondido de barbara pym





Resultado de imagen de memoria de chica annie ernaux        Resultado de imagen de la analfabeta agota kristof
52º  CARTA
Agosto de 2011

       Muy señor mío:
      
       Por la presente pongo en su conocimiento que doy por concluida nuestra larga relación epistolar, ya que según mi oncóloga he dejado de ser cancerosa.
       Por lo tanto, y puesto que se ha cumplido totalmente el objetivo de estas misivas, de ahora en adelante volveré a comunicarme con usted por los procedimientos normales propios del siglo XXI, a saber: teléfonos móvil e inmóvil, S.M.S. y correo electrónico.

       Esperado sus gratas nuevas, queda de usted afectísima, s.s.s.

---------------

       ¡Ahí queda eso! ¡Misión cumplida! Ríete todo lo que quieras al leer esto, me da igual porque yo me siento la mar de orgullosa de mí misma: he cumplido a rajatabla lo que pactamos hace YA casi diez meses, en Octubre del año pasado para ser exactos. Durante este tiempo he ido contándote fielmente todo lo que me ha ocurrido, lo que pensaba y sentía, lo que he hecho y me han hecho (me refiero a los tratamiento…) y he procurado trasmitirte todo eso con sinceridad pero sin demasiado dramatismo, espero.
       Ya me dirás si he logrado mantenerte informado pero no preocupado y si he conseguido que supieras como me encontraba realmente sin entristecerte. Es más, espero que incluso te hayas divertido leyendo alguna de las cosas cómicas y chocantes que me han pasado durante estos nueve meses.

       Y como despedida voy a contarte una última batallita cancerosa: acabo de leer un libro que parecía escrito para mí, me he visto reflejada en cada una de sus páginas. Se titula “Sonríe o muere” y lo ha escrito la ensayista Bárbara Ehrenreich, que tuvo un cáncer de mama y se vio metida en esa absurda corriente “cultural” (será un decir) de la autoayuda y del pensamiento positivo que se ha puesto de moda recientemente y que a mí, como a la escritora, me ataca directamente al hígado.

       Figúrate que esa pobre mujer tuvo que escuchar a todas horas que el cáncer se supera con la actitud positiva, que tenía que considerar la enfermedad como “una bendición y una oportunidad para que revisara sus valores y cambiara de vida”, así, literalmente. Y encima tuvo que aguantar mensajes culpabilizadores, insinuándole casi había atraído sobre ella la enfermedad “porque con nuestra actitud somos responsables de lo que nos trae el destino” ¿Qué te parece?
       Pues espera, que hay más: una tal Rhonda Byrne, una especie de iluminada, afirma en su libro “El secreto” que hay una ley de la atracción según la cual el mundo te devuelve lo que tú proyectas sobre él, que los pensamientos se materializan y que hay que visualizar lo que deseamos para que se convierta en realidad. O sea, que los pensamientos son como imanes y los positivos atraen la dicha, la salud y la buena suerte, mientras que los negativos provocan los fracasos, las desgracias y las enfermedades.

       En resumen, que todo dependo de nosotros y que si nos va mal es por nuestra culpa, porque somos negativos y nos saboteamos a nosotros mismos.
¿Cómo lo ves?
       Yo me he quedado con ganas de pegarle un tiro a esta idiota, te lo juro.
      
       Hablando en serio, yo opino con absoluta convicción que el bueno humor y el optimismo no curan ni los catarros, pero sí que tienen dos efectos positivos que he podido comprobar en mis propias carnes: si estás animada y tienes la moral alta soportas mejor la enfermedad, y además no te conviertes en un absoluto latazo para los que te rodean, cosa muy importante porque todos huimos de los depresivos y de los plañideros. Pero tengo clarísimo que si me curo será por la medicación y los tratamientos de quimio y radio, no por mi “actitud positiva”.
       Hijo, qué cosas me vienen a la cabeza de repente. Mientras te escribía todo este he recordado con absoluta claridad que cuando yo tenía once o doce años alguien me regaló una colección de libros juveniles cuya protagonista era una adolescente norteamericana verdaderamente nauseabunda llamada “Pollyanna”, que debía ser la precursora del pensamiento positivo de marras.
       Resulta que la tal Pollyanna y su encantadora familia se dedicaban durante las cenas a lo que ellos llamaban “El juego”, así, con mayúsculas, y que consistía en contar todo lo malo que les había ocurrido durante el día y darle la vuelta, convirtiendo la desgracia en algo estupendo y maravilloso.
Por ejemplo, si a la abnegada madre se le quemaba la cena (siempre por un buen motivo, of course, no por haberse pegado media hora al teléfono chismorreando con una vecina) todos se alegraban muchísimo porque gracias a eso cenaban sándwiches y podían imaginarse que estaban de pic-nic en el campo, una cosa superguay ¿lo pillas?

       Bien, pues ahora me voy a poner cursi y emotiva, voy a caer de cabeza en el sentimentalismo más abyecto y a decirte de todo corazón GRACIAS, miles de gracias por todo.
Y no me contestes que por nada, que no las mereces, ni me vengas con alguna de esas expresiones de cortesía que nos enseñaron de críos porque sabes muy bien ( y si no lo sabes te vas a enterar ahora mismo) que durante estos meses has sido para mí un apoyo enorme, que tus llamadas me animaban siempre y tus comentarios sobre mis cartas me hacían reír incluso en momentos muy fastidiados, por no decir algo peor.

       Has entendido perfectamente mis estados de ánimo y has sabido cuando convenía callar y escuchar con paciencia, has sido capaz de desdramatizar la situación sin quitarle su importancia y ¿milagro! No has hecho ni un solo comentario inoportuno o patoso.
      
       Por todo esto y por más cosas que me dejo, seguro te doy unas merecidísimas GRACIAS, pero aún a riesgo de que me taches de ingrata te voy a decir que espero no volver a agradecerte NUNCA MÁS EN MI VIDA un apoyo de esta clase. Captas la intención ¿verdad?

       Me despido ya, esta es la última y larguíííísima carta de tu excancerosa amiga.

       Aquí termina nuestra apasionada e intensa relación epistolar, pero sólo la epistolar porque espero tu próxima llamada con las mismas ganas de siempre, que son muchas.
¡Hasta pronto!

       Te mando todo mi cariño y un gran, gran abrazo



P.D.: ¡Qué barbaridad! Acabo de contar las cartas y me salen cincuenta y dos. Si las pongo todas juntas y ordenadas resulta que sin pretenderlo he escrito casi una novela. Y como he tenido un hijo y he plantado varios árboles estoy realizada por completo, ya me puedo morir tranquila…. ¡Es un decir!

P.P.D.: Te escribo ya desde la playa. Estoy en la terraza, hace un día precioso y parece que la vida vuelve a sonreírme tímidamente. Muchos besos.



FIN


51º  CARTA
Julio de 2011

       Querido Pablo:

       Espero que después de nuestra última conversación telefónica te hayas quedado completamente tranquilo. Si, ya he recuperado mi humor normal y estoy contenta porque como dicen los intelectuales, he “interiorizado” mi situación y ahora siento de verdad que la mala temporada ha concluido; así que no te preocupes porque vuelvo a estar perfectamente, palabra de honor.
       Y para que veas que me encuentro animada, voy a contarte unas cuantas cosas positivas, muy pequeñas, pero que para mí son importantes y me hacen recuperar el optimismo. En primer lugar, ya no debo retener líquidos porque mis cuatro extremidades has recuperado su tamaño normal; ya me veo los huesos de los tobillos y me baila el reloj en la muñeca, así que el problema se ha resuelto por si sólo como decía la oncóloga, a base de mucho agua, tiempo y paciencia.
En segundo lugar, empiezan a salirme las cejas y las pestañas; lo hacen con timidez y muy despacio, pero se va notando si te fijas mucho. Te parecerá una bobada, pero este detalle me alegra una barbaridad porque la calvicie está perfectamente resuelta con la peluca, pero cada vez que me miraba al espejo y me veía la cara tan pálida y tan desnuda me sentía fatal.
Es que la peluca me ha resultado comodísima desde el primer momento, pero nunca he sabido pintarme bien los ojos porque pensaba que no me hacía falta.
Recordarás, y si se te ha olvidad te lo voy a pasar por las narices ahora mismo, que yo tenía (¡ay! ¡Tenía!) las cejas y las pestañas muy negras y espesas, así que sólo necesitaba un poco de sombra en los párpados y un brochazo de colorete para estar tan compuesta y arregladita.
       Por ese motivo, cuando me he visto en la necesidad de pintarme cejas artificiales y hacerme raya en los ojos las he pasado canutas porque tardaba horrores y encima no me quedaban nada bien.
       Recuerdo que una tarde al ir a despedirme de Diego le vi desternillarse de risa porque según él me había pintado unas cejas clavaditas a las de Zapatero, y encima una más alta que otra. Lo malo es que tenía razón, así que tuve que lavarme la cara y volver a maquillarme con un poco más de gracia.
       Lo que me tiene bastante preocupada es que en la cabeza sigo teniendo solamente el escaso pelo que no se me ha caído durante el tratamiento, y que además de ser poquísimo se nota muy fino al tacto, parece pelusa en vez de pelo normal. Bueno, tendré paciencia y haré lo que me aconsejó una enfermera: cortármelo casi al rape con maquinilla cada dos o tres semanas, para que se vaya fortaleciendo y también para eliminar la parte quemada por la quimioterapia.

      
       Y como estoy animada, ya he hecho planes para lo que queda del verano: me voy a la playa del uno al veintiocho de agosto, a nuestro apartamento de la Costa Dorada.
Ya sé que no es un plan demasiado excitante, pero no estoy en condiciones de viajar mucho porque me canso fácilmente, así que pienso dedicarme sólo a cuidar mi maltrecho cuerpo: comer bien, descansar mucho y hacer excursiones cortitas y relajadas a los pueblos de los alrededores con mis amigos de Barcelona; ya he hablado con ellos y van a estar el Calafell casi los mismos días que yo.
      
       Les he explicado que no tengo el cuerpo para muchas alegrías y lo han entendido, pero la verdad es que a pesar de las limitaciones me apetece cada día más encontrarme allí; después de pasar nueve meses enterrada como un tubérculo, la idea de estar al aire libre paseando, bebiendo una “clara” en el puerto frente al mar o tumbada en una hamaca simplemente mirando el cielo sin pensar en nada me parece… bueno, maravillosa.

       Así que además de eso quiero: a) engordar tres quilos, b) ir casi todo el día en bañador y chancletas, c) mirarme al espejo y verme buen color, no esta cara de endivia que tengo ahora, y lo más importante d) pensar que ya estoy bien, del todo y definitivamente.

       Como puedes comprobar, esta carta es mucho menos deprimente que la anterior, ya se ha disipado el nubarrón y noto que empieza a lucir el sol sobre mi cabeza.
       Dentro de unos días te confirmaré mis planes, por si surgiera algún cambio a última hora, y mientras espero tu próxima llamada, te mando un gran abrazo.


       ¡Hasta pronto!


50º  CARTA

21 DE JULIO DE 2011

       Querido Pablo:

       Rodea esta fecha con fosforito verde en tu calendario: HOY he terminado la radioterapia. Ya no tengo que volver al hospital hasta mediados de septiembre, que me tocará pasar la primera ITV, o sea, hacerme la revisión periódica.

       ¿Notas con qué sobriedad expresiva te he dado la noticia, sin subrayados ni múltiples signos de exclamación? Pues es porque en el fondo no acabo de creérmelo. Soy consciente de que ya he recibido mi última sesión de radio y que para bien o para mal ya he terminado todos los tratamiento, que han durado en total casi nueve meses contando desde el día de la operación, vamos, como un embarazo sin criatura al final (gracias a Dios, sólo me faltaba “eso” a mis años) pero lo pienso con la cabeza sin sentirlo en absoluto. Estoy… no sé cómo explicártelo, desinflada, lacia, apática…

       No obstante y a pesar de esa sensación tan rara, esta mañana en el hospital he hecho todo lo que la ocasión requería: me he despedido de las enfermera, del técnico y de los otros pacientes con una sonrisa de oreja a oreja, digna de la mismísima Pantoja (“dientes, dientes…”), he asegurado esta la mar de feliz y he deseado a todos salud y curación definitiva.
Ah, el bueno de Paco me ha dado su dirección en el pueblo, me ha repetido varias veces su apellido porque es exótico y difícil de recordar (González) y ha insistido en que vaya a visitarlo cuando quiera. ¡Chúpate esa!

       Al llegar a casa he continuado haciendo lo que marca el protocolo y he mandado mensajes al móvil de todos mis amigos más fieles, te he llamado a ti y he mentido como una bellaca al asegurarte que estaba contenta y rebosante de optimismo, porque en realidad estaba ( y sigo estando) un poco sonámbula o directamente lela, como tú prefieras.

       Espero que esta sensación se vaya disipando y llegue por fin esa alegría que llevo horas pregonando a los cuatro vientos sin sentirla en absoluto. Hay que ver lo rarísimas que somos las personas humanas, como dicen los modernos…

       Bueno, voy a hacer balance de la situación. Como teóricamente estoy curada, voy a anotar en dos columnas lo positivo y lo negativo de esta experiencia mía con el cáncer, para ver qué moraleja puedo sacar de todo esto.




Allá vá:


·     ASPECTOS NEGATIVOS (lo malo primero)


1.   Soy una enferma crónica. Durante el resto de mi vida tendré que pasar revisiones periódicas y no voy a poder olvidarme jamás del maldito cáncer.
2.   Tengo sólo una teta y así seguiré hasta que me muera. Ya, ya sé que lo he elegido yo, pero me fastidia una barbaridad.
3.   Debo de tener mucho cuidado con el brazo “malo”, para evitar el dichos linfedema. Eso supone hacer diariamente una tabla de ejercicios, cosa que vengo practicando desde hace meses, y procurar a) no levantar pesos, b) no darme golpes, c) no cortarme, d) no quemarme, e) no llevar nada apretado (reloj, anillos, pulseras..), f) evitar las picaduras de insectos, y g) no hacerme la manicura en las uñas de esa mano. Creo que esos son todos los “noes”, si me acuerdo de alguno más lo añadiré al final.
4.   De momento sigo prácticamente calva, con dos o tres pestañas en cada ojo y sin cejas. Ya veremos como evoluciona esta situación.
5.   Tengo las venas muy frágiles, me hago moraduras con facilidad y me salen en las piernas unas pequeñas varices, una especie de telas de araña rojizas la mar de feas.
6.   Continúo teniendo insensibles algunas zonas de las plantas de los pies, y a ratos noto hormigueos y pinchazos en esas zonas.
7.   Las uñas siguen espantosas, amarillentas y con muchas estrías.
8.   Estoy más delgada. No llego a los cincuenta y cinco quilos (mi peso normal es de cincuenta y ocho quilos aproximadamente), he perdido masa muscular y luzco una palidez totalmente espectral.
9.   Noto que veo peor, seguro que me han aumentado las dioptrías.
10. Aún me canso fácilmente.
     Las cuestas y las escaleras me dejan sin resuello.



-----------------
     


      Juraría que hay algo más, pero me canso de enumerar tanta miseria. Fin.







·     ASPECTOS POSITIVOS

1.   Conservo casi intacto mi buen apetito y duermo de maravilla, igual o mejor que antes de la enfermedad.
2.   Noto que tengo una actitud más relajada y tranquila, evito las discusiones y paso olímpicamente de pequeñeces que antes me irritaban. Eso sí, en los asuntos importantes me pongo firme y no cedo si pienso que tengo la razón
3.   He leído muchísimo, he visto varias series buenas en la televisión y unas cuantas películas que merecían la pena.
4.   He intimado mucho con algunas personas que antes eran sólo amistades superficiales. Claro que también he tachado de mi lista blanca a otras que creía incondicionales… Bueno, un día de estos haré inventario definitivo, a ver qué sale.
5.   Tengo muchas ganas de volver a trabajar. Estoy convencida de que entonces sentiré que he recuperado mi vida NORMAL


-----------------

       Ya está. Llevo un rato pensando y no se me ocurre nada más, así que voy a terminar esta carta, que además de extraña me ha salido muy larga y bastante espesa. Pero cuando la leas no te preocupes porque seguro que dentro de unos días habré reaccionado y estaré la mar de contenta. Y no es que ahora esté mal, me noto rara, pero bien. Debo estar sufriendo una especie de parálisis emocional transitoria, ya se me pasará ella sola cuando quiera y verás como enseguida recupero mi estado de ánimo habitual.


       Hasta pronto, besos y abrazos



P.D.: Otra cosa positiva: por fin no se me ha quemado la piel del pecho; la tengo un poco sonrosada, como si hubiera tomado el sol, pero no me molesta. A pesar de todo la radióloga me ha repetido varias veces que no se me ocurra intentar broncearme este verano y que me ponga una camiseta cerrada para bajar a la playa, incluso cuando me bañe. Menudo incordio. Besos.