33º CARTA
Marzo de 2011
Querido Pablo:
Aquí estoy, cuesta abajo a toda
velocidad, con el Ecuador o el cabo de Buena Esperanza doblado y viendo el
final del tratamiento todavía lejos, pero aproximándose con rapidez.
Resumiendo, que ya me han puesto el quinto gotero y, que me faltan solo TRES,
menos de la mitad.¡Eureka!
Ayer la
oncóloga me explicó los efectos secundarios de estos nuevos goteros y me han
parecido más molestos que los anteriores, pero menos peligrosos. Por lo visto,
me van a dejar el corazón en paz y desaparecerán las taquicardias, pero van
directos al sistema nervioso provocando dolores musculares en las extremidades,
hormigueos en pies y manos, cansancio (¿¡más!?) uñas frágiles, xerostomia y
disfagia. Ahí queda eso. ¿A que impresiona?. Se me han puesto los pelos de
punta oyendo esas dos palabruchas, que te voy a explicar ahora mismo para que
te asombres tú también. "Xerostomía" es sequedad de membranas, sobre
todo de la boca, ojos y nariz. El otro, la "disfagia" me ha parecido
rarísimo: Consiste en la dificultad para tragar los alimentos, pero no provoca
ni nauseas ni vómitos, sólo da la
sensación de que la comida se te queda atascada en la garganta y no se mueve ni
para arriba ni para abajo; te estoy dando la explicación profana, la doctora lo
ha dicho de manera más profesional pero en el fondo da lo mismo. Lo que tengo
que hacer es sentarme a comer inclinada hacia adelante y con los pies bien
apoyados en el suelo (¿?), respirar profundamente, no hablar y meter en la boca
cantidades muy pequeñas de comida masticándolas muy despacio. También ayuda
tomar los alimentos en forma semilíquida , añadir salsas y procurar que las
texturas sean de lo más homogéneas posible. Un latazo, vaya, y una complicación
a la hora de preparar las comidas, pero me lo tomaré con filosofía pensando que
por mal que vengan las cosas me quedan solo un par de meses de tratamiento;
hasta el 24 de mayo exactamente , si no hay retrasos.
Ayer me maree por primera vez cuando la
enfermera me estaba poniendo la vía. Quizás fue porque no me acertó al primer
pinchazo como había sucedido hasta ahora, o simplemente me cogió el cuerpo
revuelto, el caso es que me puse blanca como la tiza y empezó a darme vueltas
todo. Se me pasó enseguida y la enfermera me puso la vía sin más problemas,
pero intuyo que esto ha sido un aviso de la providencia. ¡Ya verás como estos
goteros me van a sentar fatal, lo presiento!
Y para rematar la jornada, esta noche me
he despertado a las cuatro de la madrugada con un dolor bastante intenso en el
brazo derecho, que es en el que me pinchan siempre porque en el otro, como es
el operado, no conviene hacerlo. No le he dado importancia pensando que me
habían castigado la zona más de lo normal, pero esta mañana he visto que tenía
una vena del antebrazo roja y muy dura al tacto. He ido a mi centro de salud y
el médico de cabecera me ha iluminado: todo esto es consecuencia de la
quimioterapia y debe tener paciencia porque ya se me ira pasando poco a poco. O
sea, como decimos en Aragón en plan bestia, ajo y agua. Me ha recetado un gel
antiinflamatorio para que me masajee el brazo tres veces al día y una buena
dosis de resignación, que al fin y al cavo vivimos en un valle de lágrimas.
Esto último no me lo ha dicho ella, es cosa mía.
Veremos qué novedades traen los próximos
días, ya te iré contando.
Hasta tu próxima llamada; recibe un gran
abrazo de tu cancerosa preferida (supongo)
Nekane.
P.D.- Se
me olvidaba contarte esto: después de cada gotero tengo que ponerme inyecciones
de cortisona durante tres días, así que ahora además de estar calva tendré la
tripa hinchada y cara de bótox. ¡Confío en no acabar pareciéndome a la duquesa
de Alba1 Anda, llámame y dime cosas animadoras, que buena falta me hacen. Un
beso.
No hay comentarios:
Publicar un comentario