28 de enero de 2018

36º  CARTA
Abril de 2011

       Querido Pablo:
       ¡Ya llevo seis goteros y sólo me faltan dos! Esto va que chuta, pero ya me puedo dar prisa en chutar  porque cada vez me cuesta más superar los efectos de este tratamiento, son bastante peores que los del primer ciclo. Me canso más y tardo mas en recuperarme, me cuesta una semana larga reanudar mis actividades cotidianas y poder llevar un ritmo aceptable; no digo normal ¿eh?. digo simplemente llevadero.
       Yo creo que aparte de que esta quimio sea fuerte o tenga una composición más agresiva, lo que me sucede es que llevan casi cuatro meses inyectándome veneno directamente en las venas y eso se tiene que ir acumulando en el organismo y debilitándolo. ¿no crees? y hablando de venas. la que me dio aquel susto hace unos días va mejorando, pero sigue dura de tacto y rojiza; apenas me duele ya, sólo noto una especie de pinchazo cuando estiro el brazo bruscamente. Por si acaso y para que no se me alborote de nuevo, me masajeo el antebrazo a diario con un gel antiinflamatorio. Vamos, otra gaita que tocar cad día...
       Como la última vez que hablamos por teléfono me insinuaste (o eso me pareció a mi) que disimulo mi situación y oculto mis molestias, en esta carta voy a vaciarte encima un saco de miserias, para que escarmientes y no vuelvas a mentar el tema nunca más. Ahí va, prepárate: me canso, ya te lo he dicho, y además tengo la boca y las fosas nasales resecas, por lo que me enjuago con un colutorio especial y me unto las narices con vaselina cada dos por tres. Además hace dos semanas se me llenaron de repente los pies de ampollas, sobre todo la zona de los talones, y durante ocho o diez días casi no pude andar; me estuve dando una crema específica para grietas con urea que me costó, cómo no, riñón y medio. Encima tuve que aguantar al gracioso de mi hijo, que me aconsejaba mear en una palangana y meter los pies dentro, porque según él, la orina tiene mucha más concentración de urea que cualquier crema y sale gratis. ¿Que te parece?.
       Lo comente en la farmacia y me dieron un folletito titulado: "La quimioterapia y el síndrome mano-pie", y pude comprobar que he tenido suerte porque el j.... síndrome (se llama eritrodistesia palmoplantar, chúpate esa) afecta a manos y pies principalmente, pero puede aparecer en cualquier parte del cuerpo y resultar "grave y muy doloroso". En algún caso " impide dar y utilizar las manos, hasta el extremo de que el médico puede decidir interrumpir el tratamiento hasta que el paciente mejore" O sea, que yo estoy estupenda, ya lo ves.
       Bueno, poco a poco se me han ido curando las grietas y las ampollas, que también me salieron, y camino bastante bien aunque todavía no puedo ponerme zapatos cerrados; llevo zuecos y calcetines gruesos porque estamos a mitad de abril, pero hace un frío del mismísimo carajo.
       Qué ¿ me he quejado lo suficiente o quieres que continúe en plan Jeremías un par de folios más? Pues mira; me das pena y voy a dejarte descansar... por ahora. Seguiré, te lo advierto, pero te contaré otra cosa menos deprimente.
       ¡Hasta pronto! Besos y abrazos.

       Nekane



No hay comentarios:

Publicar un comentario