17ª CARTA
Querido
Pablo:
¡¡Aleluya!!
¡Acabo de volver de hablar con la oncóloga y tengo grandes noticias! La primera
y mejor, que no necesito radioterapia, cosa que ya me había dicho el cirujano,
pero me ha dado más tranquilidad que me lo confirmara esta doctora. La segunda,
que me han pedido disculpas por no haberme citado antes (falta de personal,
bajas maternales, muchos pacientes, ba-bla-bla...) y me ha dicho que empiezo
las sesiones de quimioterapia el día veintiocho de este mes, dentro de una semana
justa. ¡Por fin!
He
ido al hospital con mi hermana a las cuatro de la tarde y al llegar nos ha
parecido raro que no hubiese nadie ni en la sala de espera ni en frente de la
puerta de la unidad de mama; me he acercado a mirar los horarios y he visto que
los dos, señora y caballero, tenían la consulta de 10:00 a 14:00 de la tarde,
así que se me han alterado los pulsos imaginando un error, más retrasos, etc.,
pero casi al instante ha salido una enfermera y nos ha hecho pasar aunque
todavía no era la hora.
La
oncóloga era joven (todo el mundo es joven ahora, los médicos, los policías,
los conductores de autobús.. ¿lo has notado tu también?) y algo seca, pero es
que según mi prima Concha, los oncólogos se muestran siempre algo distantes y
tratan de no cogernos cariño por si les damos el disgusto de morirnos. ¿Qué
prácticos verdad?
Bueno,
pues la doctora me ha dicho que me darán ocho sesiones de quimio, repartidas en
dos ciclos distintos de cuatro sesiones cada una y empezaré el veintiocho de
diciembre; casi parece una inocentada. También me ha explicado los efectos
secundarios más corrientes de este ciclo y será mejor que te sientes antes de
leerlos: caída total del pelo, nauseas y vómitos, estreñimiento, falta de
apetito y mal sabor de boca, pérdida de peso, deterioro de la uñas de pies y
manos, sequedad de la piel y las mucosas, cansancio y taquicardias.
Francamente, no sé que es peor, que te dejen en la ignorancia o que te suelten
toda esta retahíla de calamidades. Ah, y como estaré muy baja de defensas debo
acudir a urgencias en cuanto tenga fiebre, porque al estar tan floja, se me
puede complicar hasta el catarro más tonto.
_
Oye, me ha dado la impresión de que eras la única paciente citada hoy y que no
reciben a nadie a estas horas. Fíjate, cuando hemos llegado no había ni un
alma, hemos estado aquí dentro casi media hora y al salir seguía desierta toda
la planta, pasillos incluidos. ¿A que te han llamado a toda prisa por lo burra
y lo xenófoba que te pusiste el otro día en Atención al Paciente?
Me
he quedado algo abochornada, pero pensándolo ahora más despacio creo que han
debido abrir consulta por las tardes a causa de ese retraso acumulado que
comentaba la doctora, no acabo de creer que les causara el otro día tanta
impresión , pobre de mí...
¿Que
como estoy?, me preguntas? Pues mitad contenta y otra mitad asustada. Contenta
al ver que mi asunto está en marcha, y asustada por lo que se me viene encima y
por lo largo que va a ser este proceso: cinco meses como mínimo, y eso si tengo
suerte y pueden ponerme los goteros en las fechas previstas, porque si pillo
alguna infección, aunque sea leve, me retrasarán las sesiones de quimio hasta
que me recupere del todo.
En fin, de momento voy a disfrutar de la
Nochebuena y de la Navidad, por si luego estoy hecha una piltrafa humana. Te
deseo, como hago todos los años y este más que nunca, felices Fiestas y SALUD,
alegría y SALUD, prosperidad y SALUD, y que el nuevo año sea estupendo para ti
en todo. Y yo que lo vea; como decía mi abuela con muchísima razón.
Besos
y abrazos para tí.
Nekane
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