5 de mayo de 2017

15ª CARTA

Querido Pablo:
        No me he cansado de escribirte, nada de eso, es que sigo sin noticias del hospital aunque han pasado ya seis semanas desde la operación. Mi hermana me dice que tanto ella como otras mujeres que conoce y que estaban en la misma situación que yo empezaron sus tratamientos al cabo de tres semanas de la intervención quirúrgica, así que me estoy empezando a poner bastante nerviosa. Me encuentro muy bien y hago vida absolutamente normal, pero no paro de pensar que el tiempo corre y que hasta yo, que no entiendo nada de medicina, sé que es muy importante coger la enfermedad a tiempo y no dar lugar a que el cáncer pueda extenderse a otros órganos. Resumiendo, que llevo varios días preocupada e inquieta, por eso no te había escrito.
        Bueno, te voy a contar otras cosas a así nos distraemos los dos. Ayer tuve una cena "de chicas" (¡ja, ja,!, entre las cinco sumábamos más de trescientos años) con cuatro amigas de mi pandilla de la piscina. Las conozco de toda la vida porque somos socias del mismo club deportivo y tenemos más o menos la misma edad; en verano nos vemos con mucha frecuencia y durante el invierno procuramos estar en contacto, nos llamamos por teléfono y quedamos de vez en cuando para ponernos al día de nuestros asuntos. Se te van a erizar los pelos al leer esto: de las cinco mujeres, dos tenemos cáncer en el momento actual y otra lo tuvo hace varios años. Da escalofríos ¿no?
        La cena resultó bastante accidentada, porque yo llegaba convaleciente y a otra la acababan de diagnosticar un cáncer de páncreas que al parecer es una metástasis del tumor mamario que había tenido hace seis años, así que fue juntarnos las cinco y ponernos a llorar como magdalenas. Figúrate qué escena. Yo llegué a pensar que sería mejor marcharnos cada una a su casa y dejarnos de cenas, pero el caso es que el ambiente se despejó de pronto, no sé muy bien cómo, y lo pasamos estupendamente. Elena, la el cáncer de páncreas, nos contó que cada vez que va a la consulta del oncólogo tiene que contestar unos test larguísimos con preguntas así de discretas:
        _ "¿Con cuánta frecuencia mantiene usted relaciones sexuales? Marque con una cruz: Nunca, Pocas veces, Bastantes veces, Con frecuencia  "
        Y ella, soltera y sin pareja desde hace varios años, señala invariablemente el último apartado, " con mucha frecuencia" Nos quedamos mirándola bastante perplejas y nos aclaró la mar de convencida:
        _ En primer lugar no entiendo qué carajo le importa al médico mi vida sexual, y en segundo lugar no me da la real gana de que me compadezcan pensando que además de estar fatal no me como una rosca. Así, cuando me vean llegar a la consulta creerán todos que soy la folladora número uno del reino. ¡Faltaría más!
        Bueno, pues además de cenar como un buitre y reírme mucho, yo salí de allí con una idea clarísima: el lunes me plantaré en el hospital a las nueve de la mañana , buscaré la ventanilla de Atención al Paciente y no me moveré de allí hasta que sepa cuándo me va a recibir el oncólogo. Todas mis amigas han opinado que llevo mucho retraso y que no es un asunto que se pueda dejar pasar, así que haré valer mis casi cuarenta años de cotización ininterrumpida a la Seguridad Social y organizaré un buen follón si hace falta, ¡te lo juro!
        Armada de tan buenos propósitos me despido de tí hasta que tenga algo concreto que contarte. Recibe un beso de esta cancerosa enfurecida

        Nekane


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