6ª CARTA
Querido Pablo:
Ya sé que no te he contado las cosas ordenadamente y que estás un poco
confuso, pero no quise decirte que tenía cáncer hasta que supe los resultados
de las pruebas, y luego todo se aceleró y me operaron a los pocos días de
conocer el diagnóstico definitivo. Sólo pude escribirte la primera carta (la bomba, como dices tú) y luego las
cosas fueron muy rápidas y ahora, que ya
estoy tranquila y dispongo de todo el tiempo del mundo puedo contarte la
historia desde el principio para que te aclares.
Fue este verano, a finales del mes de agosto cuando me detecté el tumor,
estaba dándome crema solar para bajar a la playa y me noté un bulto raro en el
pecho izquierdo. Me palpé el derecho para comprobar si había diferencia y vi
que, efectivamente la había y bastante clara. Yo tengo mamas fibroquísticas,
hace ya mucho tiempo que me lo diagnosticaron, y eso consiste en que el pecho
parece estar relleno de lentejas; bueno, pues noté como si entre las lentejas
se hubiera colado una nuez ¿entiendes?
En eso momento comprobé con absoluta claridad lo que significa que se hiela
la sangre en las venas y al mismo tiempo noté un golpe más seco en el corazón.
Te lo juro, fue así exactamente. No me cupo la menor duda de que me pasaba algo
muy malo, pero como solo me quedaban unos días de vacaciones decidí ir al
médico cuando volviera a Zaragoza y no comenté nada con las personas que tenía
alrededor. Lo curioso es que conseguí relegar el asunto al fondo de mi memoria
y pasé el resto de las vacaciones con total normalidad, no estaba preocupada ni
nerviosa. Eso sí, me lavaba con mucho cuidado esquivando la zona sospechosa y
cuando me daba cremas procuraba rodear ambas mamas rozándolas lo menos posible,
como si pincharan. Fueron unos días muy extraños, ni yo misma entiendo por qué
actué así.
En cuanto volví a Zaragoza fui a mi médico de cabecera y me confirmó que
tenía un tumor, pero me dijo con mucha seguridad y cometiendo, en mi opinión,
un gran fallo, que parecía benigno porque no presentaba los signos que suelen
tener los tumores cancerosos. Digo lo del fallo porque me hice ilusiones y salí
de la consulta la mar de animada. Menos mal que a pesar de su optimismo me
mandó hacer urgentemente mamografías y ecografías para salir de dudas, si no la
fastidiamos a conciencia.
El médico que me hizo las pruebas fue mucho más pesimista (o realista),
porque me dijo con toda claridad que tenía que hacerme una biopsia para
asegurarse, pero en su opinión aquello no pintaba nada bien y que la
mastectomía era prácticamente inevitable, que me fuera haciendo a la idea.
Estuvo muy amable, pero yo me fui a casa con la moral por los suelos. Decidí
esperar hasta que supiera los resultados definitivos y no alarmar a nadie antes
de tiempo.
Bueno, me estoy alargando en exceso, voy a dejarlo por hoy y emprenderé
disciplinadamente mi ritual nocturno: ejercicios de gimnasia para el brazo,
ducha, cena y película hasta la hora de dormir abrazada a mi drenaje.
Buenas noches, Saulo, te mando un beso con mucho cariño.
P.D. Parezco Scherezade, contando mis historias a mitad y dejándote en el
aire. Te advierto que además de intentar no aburrirte con cartas demasiado
largas, pretendo tenerte intrigado y que esperes mis escritos con muchas ganas.
Bsss.
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